Damián lleva en la fotografía unos 15 años y su experiencia profesional desde entonces ha sido digital.
Ya pasó por todas la ramas de la fotografía pero la que le apasiona es la fotografía nocturna.
Él se considera un ¨búho¨ por tener predilección por trabajar con poca luz. Su técnica es pasar desapercibido y no forzar la foto para no interferir en la historia que intenta transmitir.
Puede volver al mismo sitio muchas veces, de hecho lo recomienda: ¨la foto perfecta hay que buscarla, puedo volver muchísimas veces. Lo hago porque creo que la foto perfecta hay que buscarla, y si crees que algún día en ese lugar la luz será única, especial, que sucederá algo extraordinario, solo debes tener paciencia.¨
Además, también recomienda siempre tener la cámara lista: ¨encontrar esa luz que sabes no volverá a repetirse ese momento mágico que nadie podrá volver a captar y será tuyo para siempre, congelar un instante tan efímero que la gente dudará si ha existido.¨ Eso ha aprendido con fotógrafos que pasó a tener como referencia desde hace poco, cómo Trent Parke, Alex Weeb, Robert Frank y Steve Macullin.
La fotografía ha arraigado muy fuerte en su cabeza, tanto que si va andando por un sitio y puede parecerte perdido, que sepas que no es así, estará pensando a qué hora podré volver y captar mejor la esencia de aquel sitio, que puede quitar o poner mentalmente en su encuadre, como quedará de noche o simplemente pensando: ¨qué pena este instante no lo volveré a ver¨.
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