Cuando estamos aprendiendo a hacer fotos muchas veces necesitamos que alguien nos oriente y nos diga si nuestras fotos son buenas o qué aspectos tenemos que mejorar. Con el paso de los años podríamos vernos en el otro lado de la situación: debido a que tenemos una amplia experiencia alguien en un momento dado nos puede pedir consejo.
En ambos casos es bueno saber cómo aceptar una crítica y cómo realizarla correctamente.
Las críticas y los comentarios de los demás pueden ser muy valiosos ya que nos podrían decir algo que nosotros no hemos sabido ver. Las personas pueden ver la misma imagen y tener opiniones diferentes. Una crítica deber ser útil y meticulosa. La crítica fotográfica es el proceso de evaluación e interpretación de los elementos de una foto para determinar su significado y efectividad.
Según la Real Academia de la Lengua criticar consiste en “analizar pormenorizadamente algo y valorarlo según los criterios propios de la materia de que se trate“.
Aceptar críticas:
Hacer una crítica fotográfica:
Como decíamos antes básicamente consiste en observar y valorar:
Observa:
Valora:
Por último, os dejo una ficha que os podría servir como punto de partida en caso de que tengáis que hacer alguna crítica fotográfica:
Para fotografiar la Via Láctea, tendremos que tener en cuenta tres factores
OTROS CONSEJOS:
Foto de portada: Elsa Busto Magdalena
El testigo de un hecho –al hacer las primeras manifestaciones sobre lo que presenció– aunque tenga el firme deseo de ser veraz en su testimonio, no es tan preciso como sería deseable. Las razones pueden ser variadas: poco poder de observación, nerviosismo…
Para ilustrar esta afirmación basta someter a varios individuos a un examen en el que se les pida que describan una fotografía después de haberla observado detenidamente. Comprobaremos que, cada uno de ellos, hablará de los objetos o cosas que más le han llamado la atención y normalmente no coincidirán esos aspectos entre las declaraciones de distintas personas aunque estén de acuerdo en lo fundamental.
Sin embargo, como suele decirse, una imagen vale más que mil palabras.
Todos estos problemas quedan resueltos con la fotografía y, además, se aportan otra serie de ventajas.
Para obtener un trabajo completo es preciso hacer más fotografías de las estrictamente necesarias, desde distintos ángulos, duplicando las más importantes con diferente exposición, etc.; se trata, en definitiva, de asegurar unos resultados satisfactorios puesto que en la mayoría de los casos los fallos van a ser difícilmente subsanables, pues la escena en el momento de nuestra marcha cambiará.
El tipo de fotografía técnica que la Policía Científica va a realizar se desarrolla en dos escenarios bien diferenciados:
Las reglas de la composición en este segundo tipo de reportajes indican que aquello que constituye el motivo principal de la fotografía se sitúe en el centro del encuadre para atraer hacia sí la atención del observador.
Los elementos que aportan información complementaria como pueden ser el testigo métrico, número de asunto, etc. se situarán en la periferia respecto del motivo principal en una posición en la que no le resten protagonismo.
Cada situación está revestida de unas particularidades que la hacen única, siendo realmente complejo indicar unas normas de actuación que sean universalmente válidas y que den respuesta a todas las situaciones.
Se realiza el reportaje primero, tal cual nos encontramos el escenario del delito, sin manipular nada y, posteriormente al realizar la inspección ocular en profundidad, conforme van apareciendo elementos de interés estos se fotografiarán uno a uno.
En general, en cualquier reportaje fotográfico se harán cuatro tipos de fotografías:
Fotografías de identificación del lugar.
El primer bloque de fotografías pretende dejar constancia gráfica del lugar físico en el que se ha producido el hecho, presentando imágenes que informan de la calle, número de portal, planta, letra, etc. Se evoluciona de lo más general (la calle) a lo más concreto (la entrada a la vivienda), la idea última es comunicar gráficamente al receptor del reportaje el lugar geográfico en el que se ha producido el delito.
Si el lugar del delito está en el exterior, (piénsese en un cadáver en un parque público), en las fotos de identificación del lugar se registrará algún elemento fijo del espacio urbano, que nos permita situar con precisión el lugar exacto que ocupa el cadáver en el contexto urbanístico.
Fotografías de conjunto total.
De manera genérica está constituido por las fotografías que muestran el aspecto general, y la ubicación de los elementos que integran el escenario del delito, sin reparar en los detalles concretos.
Fotografías de semiconjunto.
Se realizarán a continuación de las de conjunto total. Bloque de imágenes formado por una secuencia fotográfica de aproximación a cada uno de los elementos que se pretenden destacar del escenario del delito (cadáver, cuchillo, huellas, vainas de armas de fuego, fármacos, butrón, cerradura forzada, sangre, cajas fuertes, etc.).
Fotografías de detalle.
Continuando con la secuencia de aproximación se llegaría a un punto en el que podría ser necesario tomar fotografías de gran aproximación a algún elemento de los que componen la escena del delito (macrofotografía).
Si el elemento sobre el que se ha de realizar la macrofotografía fuera susceptible de ser trasladado a Comisaría (por ejemplo ceniceros, vasos, botellas, navaja, etc.) estos se llevarán a la dependencia policial y allí, serán fotografiados.
Y esto es todo. Espero que que os haya gustado y hasta la próxima.
La fotografía de paisaje es una disciplina que todos realizamos al menos una vez en la vida. Suele ser habitual que cuando los fotógrafos aficionados empezamos en este mundillo, una de las primeras líneas de trabajo a seguir sea la fotografía de paisaje.
¿Por qué? Pues bien, es relativamente sencilla de realizar (aunque difícil de perfeccionar), no requiere demasiado equipo, y además el paisaje es algo que siempre esta ahí, cerca de nosotros y que no se va a mover, aunque si que cambia muy a menudo debido a la luz y a las condiciones ambientales.
Hoy os traemos una serie de consejos, evidentes algunos, no tan obvios otros, que os permitirán conseguir unas mejores fotografías de paisaje, que hagan justicia a lo que tus ojos están viendo en ese momento.
¡No os perdáis este artículo si queréis conseguir que vuestros paisajes luzcan mejor que nunca!
Con estos sencillos trucos vuestras fotografías de paisaje lucirán mucho mejor, y serán dignas de colgar en el salón de vuestra casa.
Como siempre cualquier comentario será bienvenido, esperamos que os haya gustado el artículo y os animamos a seguirnos y, por supuesto, a salir a poner en práctica estos consejos ya mismo.
Nicéphore Niépce obtuvo las primeras fotografías exponiendo placas metálicas a la luz de sol, por eso al procedimiento utilizado lo llamó heliografía, del griego helios (“sol”) y grafía (“escritura” o “dibujo”). El nombre definitivo de fotografía se lo debemos a Sir John F.W. Herschel, que acuñó el término en 1839.
El primer libro publicado, cuyas ilustraciones eran fotografías, lo escribió William Henry Fox Talbot y se titulaba “El lápiz de la naturaleza” (Pencil of Nature)
El libro se publicó en Londres en seis entregas, entre los años 1844 y 1846 y el autor, explicaba las muchas posibilidades que tenía esta técnica, no sólo a nivel artístico, si no también en el campo de la ciencia y la investigación.
Henry Fox inventó el calotipo, que es el proceso antecesor al revelado químico tal como lo conocemos hoy, que se basaba en un papel sensibilizado con nitrato de plata que se exponía a la luz y del que salía una imagen en negativo, que posteriormente se podía revelar todas las veces que se quisiera.
Pinkerton, que tras mudarse a Estados Unidos se convirtió en el primer detective de Chicago, fundando su propia agencia de tectives, puso en práctica la fotografía criminal para reconocer a los delincuentes, disciplina que posteriormente sería llamada fotografía judicial y a la que hoy se conoce como fotografía forense. Su objetivo es mostrar detalladamente aquello que escapa a la inspección ocular.
Como curiosidad comentar que resbaló mientras caminaba y se mordió fuertemente la lengua, lo que al poco tiempo le provocó una gangrena que acabó con su vida.
Su inventor y constructor fue George R. Lawrence por encargo de una compañía de ferrocarriles, la Chicago & Alton Railway que quería fotografiar su tren estrella, el “Alton Limited”, al completo (vagones incluídos). Data de los albores del Siglo XX (concretamente del año 1.900). Para ello se optó por crear una enorme cámara oscura que se llamó Mammoth por sus gigantescas dimensiones y que tenía que ser movida por varios hombres (pesaba más de 600 kilos). Su coste fue de 5.000$, una suma muy elevada para aquella época.
La cámara solo podía tomar una única fotografía del tren porque Lawrence no pudo construir más que una sola placa (de 2,5 por 1,2 metros). Lawrence solo tendría una oportunidad.
La fotografía se hizo, y tres inmensas copias fueron exhibidas con gran éxito en la Exposición Universal de París de 1900, y reproducidas también en folletos publicitarios de la compañía ferroviaria que anunciaban: “The Largest Photograph in the World of the Handsomest train in the World” (La fotografía más grande del mundo del tren más atractivo del mundo)
George R. Lawrence recibió por aquella fotografía el Gran Premio Mundial a la Excelencia Fotográfica.
Para terminar, otro dato curioso: los jueces de la exposición pensaron inicialmente que la fotografía era un engaño, puesto que les era inconcebible una cámara tan enorme. Todo se aclaró cuando el propio cónsul francés en Nueva York se desplazó a Chicago y verificó la existencia y funcionamiento de la gigantesca cámara.