Ollares polo mundo: Eslovenia

Luis DobarroPorLuis Dobarro

Ollares polo mundo: Eslovenia

Viaje relámpago de cuatro días a este pequeño país, que tiene 2 millones de habitantes y su extensión es similar por ejemplo a la provincia de Cáceres, para que os hagáis una idea.

Parece que estamos en Asturias o Cantabria, es muy verde y tiene numerosos bosques y prados con vacas pastando a sus anchas.

La primera visita que hicimos fue a la cueva de Postojna, que es una de las mas grandes de Europa. Se entra en un mini tren que te lleva unos 2 km por túneles, hasta un andén donde empieza la ruta a pie. Se recorren unos 3 o 4 km. En los que se pueden ver unas galerías impresionantes, llenas de estalactitas y estalagmitas, algunas enormes. La visita dura una hora y medi, que se te pasa volando entre las espectaculares vistas. La salida se vuelve a hacer en tren.

La capital, Liubjana, es la ciudad mas poblada del país (unos 300.000 hab.) y se extiende alrededor del castillo que lleva su nombre. El río Ljubjanica rodea todo el centro histórico de la capital y en sus orillas hay muchos bares y pubs con terrazas que se llenan de gente al atardecer. También se puede dar una vuelta por el río en barco. Hay numerosos puentes que lo cruzan, como el puente triple o el de los dragones, que son los mas conocidos.

Los edificios del centro, de estilo art nouveau, son muy coloridos, lo que le da un toque muy alegre a la ciudad, que está llena de gente paseando y andando en bicicleta, ya que los coches tienen prohibido el paso a esta zona céntrica.

Desde el Castillo, al que se sube en teleférico, tienes unas vistas espectaculares de la ciudad. Si quieres, puedes cenar el restaurante que hay en su interior.

Otra visita obligada es la del lago Bled, un lago glacial, con el agua de un intenso color turquesa, que alberga la única isla de Eslovenia. En la orilla norte, nos encontramos el castillo del mismo nombre, que está enclavado en lo alto de un escarpado acantilado, y desde el que tenemos las mejores vistas del lago. Dentro del castillo hay un restaurante y una tienda en la que tienen una imprenta muy antigua con la que podemos hacer tarjetas y otras cosas de recuerdo.

Para acceder a la isla, se hace en unas barcas de remos típicas que se llaman Pletna y que maneja un remero, de forma parecida a las góndolas. En la isla hay una iglesia, a la que se llega después de subir 99 escalones desde el embarcadero, en la que se encuentra una campana con una leyenda que dice que si la haces sonar tres veces, puedes pedir un deseo, por lo que la campana no para de sonar en todo el día.

También hay una torre con un reloj muy antiguo, a la que se puede subir por una empinada escalera, para ver como funciona el mecanismo.

En el río Radovna hay una zona en la que han montado un sendero de tablas, que lo recorre por su parte mas angosta, se llama Soteska slap sum y es impresionante. La zona mas espectacular del recorrido, no es muy larga ni muy exigente físicamente hablando y es una auténtica maravilla.

En fin, un corto pero muy intenso viaje por un país del que se habla poco, pero que en mi opinión vale la pena conocer.

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